22 diciembre 2007

Primera fila

Vacío y estridente
suena
el silencio
chirriando
reverberando lamentos y desesperación
en forma de pensamientos en busca de explicaciones
agolpados en mi sien
aplastándome el estima
nerviosos e inquietos por el sepulcral silencio de mi alrededor
de mi cuerpo
por el silencio de mi expresión

ni el temblor resulta armonioso
ni la quietud relajante

no alcanzo a explicar porqué estoy así
cómo he llegado aquí
ni porqué este silencio resulta tan incómodo
y a la vez tan familiar

mientras tanto
me desvanezco en su envolvente ausencia

pero no quiero sentarme a ver como me desintegro
con mi propio instinto autodestructivo
y sin embargo
no puedo evitarlo
y aquí estoy
saboreando mis minutos de pena sin gloria
ya cotidianos
y bañados en el azúcar de la familiaridad
guardando en cajitas con cuidado los restos
para rememorarlos en momentos más luminosos
desconocidos e imprevisibles
indignos de confianza
y así seguir bañándome
en mi mar
de pena sin gloria
como siempre
de manera inevitable

y así sentirme cómodo

en mi almohada de desastres y fatalismo
con asiento en primera fila
para verme desaparecer
poquito a poco.

17 diciembre 2007

Teología, la profesión de Dios

Un fractal es un dibujo realizado mediante la repetición de formas geométricas a diferente escala. En la práctica se suele tratar de dibujos programados.



La imagen es un romanescu, que es un híbrido entre un brecol y una coliflor, y que definitivamente, es un fractal.

Ya no tengo dudas, dios es matemático


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La llave de la caja de Pandora

Soy gilipollas

y no sé qué coño hacer para remediarlo.

01 diciembre 2007

Carta incomprendida

No lo entiendes. No quieres entenderlo.
No se trata de blancos y negros ni de izquierda o derecha. Me dan igual nuestros contrastes o que seamos dos rectas paralelas. Importas. ¿Acaso es necesario algo más?
Ambos sabemos que este no es el motivo, que los silencios son incomodos porque existe inseguridad y que los roces son frecuentes porque existe inseguridad. Hubiese sido tan simple que me mirases a la cara con sinceridad y me dijeses que estabas harto de mí, que no soportabas mi lloriqueo, ni mi paranoia, ni mi apego. Tan sólo negabas con la cabeza y me decías que todo estaba bien, pero no lo estaba, y lo sabes, no solo que yo sea paranoica o que tú seas más frío, antes te disculpabas cuando estabas borde y te preocupabas cuando nos peleabamos, incluso a veces eras cariñoso y sobre todo dejabas que yo lo fuera. Sé que te importo, que todavía lo hago. Pero yo no es igual, no sé que pasó pero un día decidiste que era suficiente, que ya había entrado demasiado en tu vida.
Y no me extraña, yo tampoco querría soportarme. No sé como me aguantaste tanto. Sin embargo, durante tanto tiempo me pensé grande, enorme... especial, supongo. Se me hace duro ahora continuar caminando sobre mi realidad tejida de autoengaño y prepotencia, no soy nada, y nunca quise asumirlo, no soy especial, ni rara, ni unica, ni siquiera interesante, soy otra gota de agua más, igual que las demás, mi nombre nunca aparecerá en un libro de texto ni se recordará en el tiempo, y nadie repetirá nunca mis palabras ni tarareara mis melodías. Mi camino a la gloria siempre estuvo condenado al fracaso, nunca tuve la capacidad de trascender mi alrededor, ni la tendré. Supongo que la felicidad consiste en parte en esto, en asumir tu mierda de función en la vida, en darte cuenta de que eres una más e intentar por lo menos no cagarla en la pobre responsabilidad que se te ha asignado, y los actos heroicos quedan para los heroes. Todos buscamos siempre sentirnos parte del mundo, sentirnos integrados, y a la vez, distinguirnos, ser especiales y unicos. Yo supongo que hice malas elecciones o sencillamente tengo lo que me merecía, pero ni soy parte de este mundo, ni estoy integrada y encima no tengo nada que me haga diferente. Otra mierda de cabecita empeñada en creerse única. Ahora sí, doy pena.
Pero supongo que algo he aprendido de esto, me he visto como lo que soy y tal vez cuando lo haya asumido pueda encontrar un lugar en este mundo y mirarme al espejo sin darme asco, como ahora.
Yo habría hecho lo mismo en tu lugar, seguramente antes. Sin embargo, siempre me preguntaré porqué, ¿qué cambió de pronto? ¿Por qué fue todo tan brusco? Pero parece que no, que fue todo cosa mía, que yo sola inventé fantasmas e historias de miedo. Siendo así, no consigo explicarme porqué estamos así si me dan igual los blancos y los negros, los puntos cardinales o el menu del día. Importas, todavía importas.
Me pregunto de verdad cómo hice para torcerlo todo en mi contra.
Yo misma me estoy demostrando lo patetica que soy.
Pero sobreviviré, de alguna manera, supongo.