22 febrero 2007

Musica y Pasiones 3 (mp3)

Hace poco me robaron, y en general, he notado la falta tanto de las llaves de casa como del móvil y el mp3, y es que no te das cuenta de lo necesarias que son algunas cosas hasta que dejas de usarlas (si bien, la imprescindibilidad de las llaves sí que es algo de cultura general xD). Sin embargo, lo que más he echado de menos en estos días (hasta ayer ^^) era el mp3, y es que ya es parte importante de mi vida, mi vida musicada, mi vida con banda sonora. Se me hizo muy raro ir por la calle sin poder elegir el tono que quería que adquiriese ese trayecto. Es indudable que la música tiene la capacidad de hacernos sentir cosas, de revolvernos algo ahí dentro, y eso puede hacerlo en cualquier momento y cualquier situación, pero ¿y sí además escuchamos la música propicia en el momento propicio? Entonces las sensaciones y las emociones se disparan. ¿Quién no ha llorado (o ha estado a punto) al escuchar una canción triste cuando ese era su estado emocional previo?

Hacía tiempo que quería escribir un post hablando de las sensaciones que se podían vivir dando una buena utilización al mp3 en la vida diaria. Hoy lo voy a hacer, y lo haré con ejemplos, que es la mejor manera de explicar algo.

EJEMPLO Nº1

Canción: Mark Isham - Sense of touch



Este invierno nevó en Granada. Mientras nevaba yo salí a la calle con el mp3 y me enchufé esta canción. Los copos de nieve caían blancos, bien visibles sobre el cielo negro (era de noche) y gracias a las farolas, que tenían un aspecto distinto al normal. Todo adquirió de pronto una belleza inaudita. Intentad imaginar la imagen mientras escucháis la música (con esta y con todas). En esos minutos yo sí sentí algo que tal pudiese llamarse espíritu navideño, sin consumismos ni lucecitas ni reuniones con la familia que ves una vez al año, no, sólo la nieve cayendo, y Mark Isham de fondo.

EJEMPLO Nº2

Canción: Sigur Rós - Vaka



También esta navidad, en el pueblo, salía por la noche a dar una vuelta con los amigos a hablar un rato y pasar algo de frío. Todos los días, de vuelta a casa, me ponía ésta canción, cuya duración casi siempre se correpondía con el tiempo que yo tardaba en ir a casa. La dulzura de esta canción (que a mí no me entristece, como a casi todo el mundo) me acompañaba por las vacías y arcáicas calles de mi pueblo, y también cuando miraba el cielo, lleno de estrellas bien visibles, un espectáculo no disponible en ciudades. Muchos días estaba deseando volver a casa sólo por el trayecto de vuelta.

EJEMPLO Nº3

Canción: Sigur Ros - Agaetis Byrjun



Un día, salí de clase y estaba lloviendo a mares. Yo no me había llevado paraguas, ni siquiera una chaqueta con capucha. Improvisé un paraguas cogiendo uno de los periódicos gratuitos que daban en la facultad, lo abrí y me cubrí la cabeza con él. Así volví a casa, cubierto por las hojas de un periódico cada vez más empapado, viendo los coches pasar por encima de los charcos. Me sentía un poco como un vagabundo. La compañía de esta canción le dió un tono más gris todavía a la situación, tanto que llegué a casa sobrecogido.

EJEMPLO Nº4

Canción: Don Davis & Juno Reactor - Navras



Son muchos los días que salgo tarde de casa para ir a la facultad, esos días me enchufo esta canción y es como un chute de vitaminas. Te ayuda a correr, a sentirte como en una persecución, o sencillamente a correr sin parar, guiado por la música y la tensión. En mitad de la canción, hay unos minutos de pausa rítmica (muy aprovechables para descansar de la carrera y coger fuerzas para luego seguir). Al final el resultado es un cóctel de sensaciones cinematográficas que hacen que cuando llegues (a la hora) a tu destino con la lengua fuera tan sólo sientas bienestar dentro de tí.


Y creo que ya es suficiente, si os fijais, todas las situaciones estan relacionadas con desplazamientos, éstas son las posibilidades de un mp3 sólo en desplazamientos. Imaginad el alcance de este en otro tipo de situaciones.

Si hay algún problema con la escucha de los temas, decidmelo.

16 febrero 2007

Diario de un imprudente

El pasado miercoles fui objeto de un robo. Eran las diez y media de la noche y me adentré en una calle de oscuridad más densa y tránsito reducido. Fue algo inconsciente, estaba hablando por teléfono con mi madre y ni siquiera lo pensé, es el camino que hago todos los días para ir a la facultad (y volver).

No acaban aquí mis temeridades, además de ir hablando por el móvil llevaba los cascos del MP3 colgando, bien visibles, como los suelo llevar siempre. Por último, y más importante, minutos antes había sacado dinero de un cajero ya que no me quedaba ni un duro. 50 euros.

Innegablemente, iba pidiendo atraco. Fui imprudente, temerario e inconsciente y lo pillé. Fuí otro pardillo más que les da de comer.

Ellos eran cuatro e iban en dos motos, me rodearon antes de que pudiese reacciones. Tenían pinta de tener unos 16 o 17 años (aparentemente eran canis) e iban tapados. En el momento que me cogieron seguía hablando con mi madre, la cual, se quedó, evidentemente, bastante preocupada después de oirme gritar, caer el teléfono y cortarse la comunicación. Ayer me enteré de hasta donde llegó la tierra que removió en los 5 minutos que tardé en volver a llamarla para decirle que estaba bien. Realmente, la gente actúa rápido en situaciones límite.

Se llevaron de botín el movil, mi queridísimo MP3 (snif), los 50 euros que acababa de sacar, la tarjeta del banco y mis llaves de casa. Realmente, me cogieron todo lo que llevaba sin hacer mucha selección.

Siempre que lo cuento todo el mundo me dice: "joder, seguro que te cagaste de miedo". Pues la realidad es que no, en el momento yo solo pensé en que acababa de perder todo lo material que llevaba, sentí resignación, no miedo. ¿Por qué? Porque una amiga mía también había sido atracada hace poco, y sabía como actuaban, y no era lógico que me hicieran daño. No obstante, si hubo un momento en que me asusté. Antes de soltarme, me estrangularon, me asfixiaron, como queráis llamarlo, enseguida supe porqué era, también se lo habían hecho a mi amiga, te estrangulan para que te marees y no puedas hacer nada mientras huyen. Ahí tuve miedo de que se les fuese la mano.

Finalmente, un coche me recogió, me ayudó, me dejó llamar a mi madre (para tranquilizarla y que desactivase el movil y la tarjeta del banco). Me acercaron a la comisaría mas cercana. Allí me dijeron que para denunciar tenía que ir hasta el centro (una hora andando) y que por supuesto no podían acompañarme (¡faltaría más!).

Una vez en casa, pude recobrar la tranquilidad (relativamente), tuve que volver a mis libros y desde entonces, tener cuidado de que no me sigan para llegar a casa. He aprendido de golpe y a la fuerza el tema 3 de "vivir en una ciudad", y es que esto de ser de pueblo tenía que traerme algún problema.

Es obvio que no debí ir por esa calle a esa hora, que no debí sacar dinero a esas horas, ni ir con el movil y el MP3 a la vista, no obstante, todas mis imprudencias y errores no tienen ni mucho menos el valor económico, moral y sentimental de lo que me quitaron esa noche. Me parece indecente que el robo esté aceptado y automatizado, que a esa hora no pueda caminar por libertad por donde me plazca, me averguenza en definitiva, que los chorizos ya tienen hecho su hueco social, hasta tienen ya sus territorios.

Hoy no me apetece creer en el género humano.

07 febrero 2007

This is the end

Godspeed You! Black Emperor - Rockets fall on rockets falls

03 febrero 2007

La ceguera

Había un hombre que se pasaba la vida mirando al suelo. Siempre mirando al suelo.

Un día alzó la vista al cielo, al Sol, y se quedó ciego.