Desde que tengo un móvil que me permite inmortalizar cualquier momento ya que tiene cámara incorporada he conseguido algunas instantáneas de momentos realmente bonitos, al menos en el trascurso de mi día a día.
Una parte muy importante de mi rutina es el subir y bajar de clase. Algunos días, al subir, mi entorno me prepara ambientes especiales.
Aquí dos instantáneas. La primera, un día que llovía a cántaros, anochecía y las luces de la ciudad estaban impregnadas de una inmensa melancolía. En mi mp3 sonaba Takahiro Kido y el universo estaba en perfecta armonía. La segunda, tan simple como un maravilloso atardecer que presencié casi al llegar a casa.
6 comentarios:
Pues yo volví "a casa", vuelvo a actualizar el blogspot :)
¿Cómo va todo?
Por cierto, aquí otra que tiene costumbre de fotografiar paisajes similares con el móvil al volver a casa...
São esses momentos que fazem a gente sentir que a vida é bela e preciosa!
Hacía ni se sabe el tiempo que no te visitaba. Observo que sigues escuchando música de gente de la que no he oído hablar en mi vida (lo que amplía mis horizontes, palabra) Saludos desde la Transmanzanaria :)
Takahiro Kido siempre es una buena forma de volver a casa.
Me encanta saber que los dos nos quedamos prendados del mismo cielo al mismo tiempo.
Me flipa la segunda foto.....
Hola Guapo!!!!
La primera me ha encantado, pero la segunda foto me flipa.
Aunque no te lo creas, sigo estando aquí. Tras las palabras, dandoles un sentido mágico.
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