12 agosto 2006

En un atasco podría cambiar tu vida

Ayer leí en Unforgettable Solitude una gran verdad, la gente de la ciudad se lleva la ciudad a su lugar de vacaciones.

Hoy yo he vivido un atasco típicamente madrileño o granadino en el Día. Veinticinco minutos de cola (cronometrados) para comprar una tarrina de DVD's vírgenes. Aunque así sin exagerar el dato parezca poco tiempo, veinticinco minutos de tiempo perdido sin tener nadie con quien hablar resulta ser una eternidad.

No obstante, ante tan desolador panorama (y tras haber maldecido varias veces a los ciudadanos anhelantes de sus atascos diarios por venir a jodernos a la pacífica gente del pueblo) al minuto tuve tiempo de enamorarme de la chica que iba dos turnos más atras en la cola, que llevaba una falda a cuadros, dos piercings en los labios, un mirada tímida y atrevida a la par, un sonrisa de lo más dulce y unos cuantos años más que yo. Durante aproximadamente veinte minutos estuve inventando todo tipo de estratagemas para mirarla furtivamente e igualmente divagando mentalmente sobre cosas teórica y prácticamente imposibles y cuyos detalles no vienen al caso, además de que este quiere seguir siendo un blog apto para todas las edades.

En algún momento creí que ella también me miraba y sonreía, pero esto ya es una valoración de la cual no se donde empiezan mis deseos y donde acaba la realidad.

A punto de llegar al final de la agónica fila no tan agónica gracias a una morena de mirada tímida y atrevida a la par llegó para acompañarla en la compra una amiga de una de mis ex, mostrándome ante mis ojos su amistad, y haciéndome llevar a la inevitable y lógica conclusión de que también sería amiga de mi ex, lo cual complica todo más aún si cabe (¿o tal vez no?).

El caso es que los veinticinco minutos de pérdida de tiempo en el atasco urbano traído de la ciudad al final no fueron tan dolorosos. En un atasco podría cambiar tu vida. Gallardón debería de usar esto como campaña publicitaria.

5 comentarios:

Pat Robles dijo...

Increíble.

Yo estoy al otro lado del mostrador y he de admitir que yo participo en que las colas sean más largas y tediosas.
Porque no me da la gana ir más deprisa cuando trabajo para gente que está de vacaciones y no tiene otra cosa que hacer que esperar en esa cola.
Ea.

Casshern25 dijo...

mmmmmmm ya te contare una cosita XD pero si... en cualquier lado te puede cambiar la vida, para bien o para mal oye... que la vida es la más puta que te puedas encontrar.

Löla dijo...

Atascos madrileños? ¬¬ jajajja
Yo normalmente si hay mucha cola tiro para casa o para donde sea. Por experiencia propia donde mejor se puede mirar a la gente es en las bibliotecas (y aún más si están abiertas 24 horas).
Gallardón debería irse de vacaciones pá siempre ¬¬

P.D: He volvido!!! :)

pcbcarp dijo...

Yo es que procuro no hacer colas. En los sitios claves, ya me lo he currado para evitarlas (ya se sabe: conocer a la gente... un cafelito a tiempo es una inversión de futuro) Y, por lo demás, prefiero no tener prisa y volver otro día. Conocer gente en las colas significa conocer gente que hace colas. Vaya! ya me estoy poniendo insoportable otra vez...

Iréz dijo...

Yo no espio a la peña en las colas, la espio a diario. Hay veces que me siento en la ciudad, y la gente que pasa, me invento su historia, o porque estan aqui o alli. En los aeropuertos, en las horas muertas..hago eso. Es una mania un tanto insportable, pero a mi me gusta imaginar. Y si, al girar la esquina puede cambiarte la vida.