28 mayo 2006

Dulce silencio

No vistas lo banal de seda. Es inútil refugiarse en tu voz si no tienes nada que decir. En el hablar porque sí y aplazar el pensamiento a momentos mejores no hay senda ni meta. Desestima el valor del silencio cuando deje de darte respuestas sobre ti mismo. Las palabras también te acompañan en la noche.

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