—¿Alguna vez has pensado en dominar el mundo?
—¿A dominarlo en qué sentido?
—En su plenitud, en dominar todas y cada una de las voluntades de las personas, de los animales y las plantas, dominar la voluntad del Universo. Controlar la meteorología, el tiempo… todo.
—No hay que ser un lince para deducir que tú sí.
—Sí. Me imaginé bueno y piadoso. Apadrinando un mundo feliz donde no existía dolor, donde no existía ni el bien ni el mal, sólo realidad. Todo funcionaba, todos sonreían. Sentí verdadero miedo.
—Es normal, es humano. Somos egoístas. Te da miedo cargar con toda la verdad sobre tus espaldas, con la responsabilidad del planeta. Es más cómodo levantarse cada día esperando que te depararan las horas.
—No exactamente eso, también podía dominarme a mí mismo, mis emociones, mis actos, todo era cordura, no fallaba ninguna pieza del engranaje.
—¿Entonces cuál era el problema?
—Existir era aburrido. Podía controlar todo, ¿entiendes lo que significa? Todo está a tu merced, tú decides que ocurrirá hoy.
—¿Qué diferencia hay con lo que yo he dicho?
—En que lo que me da miedo no es la responsabilidad, sino la monotonía. Pero no sólo eso, sino que sentía que el Universo no tenía sentido, no tenía ser, yo podía hacer con el lo que quisiera, ¿qué sentido tiene la existencia de algo que se puede manipular por completo? No es como una cama. Una cama tiene su función concreta. ¿Qué función tiene el Universo? ¿Qué función tiene la humanidad?
—¿Todo eso lo pensaste o lo soñaste?
—Bueno, es verdad que era como un sueño, como una película, sin embargo yo estaba completamente consciente, estoy seguro.
—Es un sueño demasiado profundo. Deberías ver más la tele.
—Si, y también debería alistarme al ejército.
—¿Por qué no? Lo mismo todos los militares están allí porque tienes sueños en los que dominan el mundo.
—Pero a ellos no les da miedo.
—Serán unos irresponsables.
—O unos héroes.
—La dominación del mundo no tiene porqué ser tan trágica como tú la pintas. También puedes permitir que se dé rienda suelta al dolor, al bien y a mal, permitir la destrucción.
—Como ocurre ahora.
—Más o menos.
—Eso significa que ahora mismo podría existir alguien así que no controlase a todos?
—¿Dios?
—Tal vez, aunque no sé si tanto poder corresponde a Dios. Tal vez sea más poderoso que Dios.
—Supuestamente, Dios es todopoderoso.
—Sí, pero, ¿puede dominarse a si mismo?
—A lo mejor no, pero sencillamente sus emociones le llevan a crear ese mundo.
—Somos entonces las marionetas de un masoquista neurótico, ¿ésta es la verdadera naturaleza humana?
4 comentarios:
Me fascina pensar cómo la más mínima decisión condiciona el futuro de nuestras vidas, es quizá por eso que me niego a creer en un ser superior que nos controla o en un destino escrito que nos hace parecer autómatas.
Nuestra obra de teatro se improvisa en el escenario.
"Tu corazón es la entrada, eres público y artista
ahora eliges si prefieres ir a la grada o la pista.
Que esta feria no se paga, sino que fuiste invitado
que la carpa en que te encuentras es este cielo estrellado"
Fran Reca.
Vaya, me lo he leído entero!
Bonito texto, sí señor.
Por cierto, si ahora mismo el universo lo domina un masoquista neurótico... dale mi enhorabuena, lo hace muy bien. Nos hace caer y levantar, errar y aprender, para y seguir, pensar y dejarse llevar... y encima es anónimo, no pretende llevarse los méritos!
De mayor quiero ser como él =)
Sigo tu blog. Saludos silenciosos...
Mi profesor de matematicas(un hombre muy respetable..) nos estuvo hablando el otro día de su visión de "dios".Me gusto bastante esa vision, pues es la que más o menos yo me he creado, y la explicaré; un Dios no existe, no hay un hombre arriba decidiendo sobre la vida, y la muerte, sobre si pasaremos hambre, o viviermos la noche más de loca de nuestras vidas; no. Dios es una palabra mucho mas compleja, más completa, es el conjunto de varias cosas, de varios conceptos,y de varias vidas.
Primeramente, un dios es uno mismo..."Hoy un paraíso en cada piel y un dios en cada hombre"(Carlos Chaouen)
Y segundo, un Dios es todo. la vida, el universo, que conspiran para que haya un destino.Pero ese destino lo escribes tú( y tú con esa pluma tan chula que tienes nada mas nacer)y tú haces que esa historia sea tuya. Claro que existe Dios, es cuestión de fe.
(perdón por la chapa...talala)xD
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