Hubo un hombre que tejía sueños con las palabras. Acariciaba la mejilla del que le escuchaba con descriptivos y bellos adjetivos y daba sentido al existir de cada persona llenando su vida de verbos y nombres propios.
El hombre jugaba con las palabras, las amaba, hacía malabarismos con ellas. Era capaz de embellecer el más simple gesto y hacía de un atardecer la culminación de una vida. Todo el mundo adoraba el universo que creaba cada vez que sus labios hablaban o su mano escribía.
Un día, abrió los ojos al mundo real y murió de tristeza.
- Frozen -
5 comentarios:
Umm... Ese hombre me recuerda demasiado a ti. Hace magia con sus palabras...
Nunca habrás los ojos y vea el mundo real, Tai (aunque creo que ya lo haces). Pero por si acaso...
te quieroooo!! Sigue así...
P.D. Sigo sin pillar lo de "sin despeinarte.." jajajajaa.
Y encima nunca le invitaron a pegar un polvo.
Hola tío, he echado un vistazo y esto está de puta madre, tengo que pararme a leerlo más detenidamente. Nada, que como hace un huevo me dijiste que habías colgado algo mío, venía a decirte (más vale tarde que nunca, que se suele decir) que es un honor, que muchísimas gracias jeje.
Seguiré leyendo por aquí ;)
El fallo de ese hombre fue no volver al universo de sus palabras, y es que, a veces se nos olvida que tenemos una galaxia por dentro y nos conformamos con vivir solo un mundo.
que pena es vivir en un propuio y miserable engaño ... pensar que en la vida todo es superficial liviano.... nada influyeeeee... que pena pensar que las verdades se encuentran en lo que vemos y tocamos... una patetica mente ermetica que nos impide ser o no ser tambiennn´´
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