Paris, on t'aime

Dice la presentación de Paris Je t'aime (2007) que en Paris, el amor está en todas partes. Probablemente haya parte de verdad en esto y la otra parte sea propaganda, pues seguramente en Paris haya tanto amor como en el resto de ciudades o no ciudades... Love Actually (2003) en este caso era más acertada, ya que sencillamente afirmaba que el amor actualmente esta en todas partes (el titulo es una versión reducida de Love actually is all around).

Ambas películas parten de una base parecida, contar historias dispares con un lazo común, el amor. Son películas corales de baja densidad, vitalmente opuestas al sentido coral de Iñarritu, por ejemplo. En Love Actually, la estructura coral de la película da resultados inmejorables, ya que todas las historias se enlazan bien, tienen la suficiente longitud para engancharte e implicarte pero no la suficiente como para resultar empalagosas. Además, los trocitos de historia se van entrelanzando de manera que se guarda el emocionante (o no) final de cada historia para el final.

Aquí, Paris je t'aime se desmarca. Su sentido coral es mas bien como pegamento, la película se compone de 18 historias (una por cada barrio de Paris) de entre 5 y 10 minutos que se suceden una tras otra.

Ahí reside el gran error de la película. Da respuestas con demasiada inmediatez, y apenas has acabado de paladear una historia ya te bombardea con la siguiente.

No obstante, en esta película colaboran autenticos genios del séptimo arte y atesora autenticas maravillas. Una de ellas, la historia de Tom Tylkwer, ésta.

Nota: está subtitulada en portugués porque no estaba en español, pero creo que se entiende perfectamente.