25 julio 2006

La fabulosa historia de Manuel, que un día se levantó y perdió un diente

Como todos los días, Manuel cogió el coche y salió disparado hacia la fuente, allí esperaba encontrar de nuevo sus zapatillas. Las cuales allí estaban, en el fondo. Cogió el trampolín y se lió un pitillo, pero no se percató que en la rama mas baja del árbol más alto, había un pequeño aguilucho de ojos saltones… así que tomó una determinación: ¡hoy iba a los toros!

-Sí, me voy con él, - pensó el aguilucho, y se acomodó placidamente en el asiento del copiloto, pero por el camino encontró otro coche, y entonces, lo tuvo claro: tenía que cortarse el pelo.

- ¡Oh dios! ¡Mi plumaje! ¿Ahora debo deshacerme de él? ¿Después de tantos años juntos?

Pero Manuel le cortó el plumaje sin piedad y se hizo un radiocassette con él.

De pronto, empezó a llover y se dio cuenta de que antes de salir de casa había visto que su vecina, la señora ágata, tenía la ropa tendida, así que corrió al coche y se puso una cinta de Manolo Escobar, que era amigo suyo desde la infancia. Se conocieron a los siete años, en el colegio de curas del pueblo vecino, aquel colegio maldito en el que los curas abusaban de los niños que no hacían los deberes, y que cuando no se comían el plato de las lentejas les ponían aros en las orejas (así nacieron los punkis...) u orejas de burro cuando iban sin la lección aprendida... oh asquerosa cancioncilla que les cantaban todos los niños al que salía avergonzado al pizarrin sin haber estudiado la noche anterior...

Cuando terminó de escuchar la cinta, tuvo tantos recuerdos, que se lió un pitillo de laurel, que era lo único fumable que tenía encima y como le sabia mal, hizo un caldo casero gallina blanca con el laurel. Entonces vino una rata cósmica y le dijo que le estaba atracando, que si por favor podía entregarle el caldo, que no era partícipe de usar la violencia y creía que dialogando podían llegar a un acuerdo. Como Manuel se negaba, llegó el papa y... les ofreció un pitillo que tampoco se fumó, porque la rata robó los dos y se largo tele transportándose. Esto le provoco al pobre Manuel tal depresión, que se convirtió al budismo.

El budismo le agobió mucho y decidió volverse a casa, se sentó en su butaca, agarró la pipa... y pensó en fumarse un pitillo, pero no, al final prefirió fumarse dos… paquetes. Pero no fueron suficientes así que para aumentar el efecto deseado, se puso a ver El diario de Patricia hasta que se le reventaron todas las venillas oculares y tuvo que salir de nuevo a tomar el aire.

En la calle pisó una mierda y se indignó tanto que se fue a ver El rey león al cine. No quedaban entradas... así que se metió en la sala de Princesa por sorpresa, y allí conoció a la mujer de su vida, la cual en realidad resulto ser el papa, que con poca luz rejuvenecía.

A Manuel le dio igual, él estaba locamente enamorado, así que decidieron irse a Las vegas a casarse, pero allí se cruzo otra persona: el Dalai lama, que estaba veraneando y quee de dalai no tenia nada, y de lama... menos aun, pues resulta que en realidad este personaje no era otro que Joselito, que al dejar el mundo de las drogas, decidió cambiar de vida.

El Papa se mosqueo tanto que fue a pegarle, pero movió un poco mas de la cuenta los ojos para seguirlo y se fracturó la córnea, se cayó al suelo y como parecía que estaba muerto, el aguilucho, que perseguía aun a Manuel, decidió atacarlo, pensando que era carne de carroña.

- ¡Qué carne tan tierna! ¡Parece de ángel! – pensó el aguilucho mientras comía. Se sentía como si estuviera en el cielo.

Cuando la multitud consiguió separarlos no se reconocía la cara del papa, así que decidieron bautizarle como "aquel al que dios no le brindo suerte". Y hablando de brindar, ¿Porque no una copa? Manuel y Joselito decidieron entrar en el bar más cercano y allí estaba, en la barra, Margarita Seisdedos, tirándole los tejos a Espinete. Espinete se erizó tanto que las púas le salieron disparadas, se le clavaron en los ojos a la Seisdedos y esta salió del bar gritando cual perro poseído.

En la huida, Seisdedos llevaba tanto ímpetu por escapar que se chocó con Arnold chuarchenegger, al que tumbó de un plumazo y dejo serias secuelas en lo referente a inteligencia (todavía apreciables). El chuarche se puso a llorar tanto que se inundaron Las vegas y al llegar el agua a las luces de neon se produjo un cortocircuito que dejó calva a Norma Duval, que andaba por allí bailando en un cabaret de transexuales. Y como por arte de magia el pelo se le implanto a Joselito (que estaba calvo, porque era el dalai lama) y a Manuel no le gustó como le quedaba y le dejó que se ahogase.

Manuel fue hacia la calva de la Duval y le pidió el teléfono de su medico para operarse el también y dedicarse al cabaret ya que siempre le había gustado bailar. Pero a la Duval le entraron las paranoias, intento seducir a Manuel y como este no se dejó, le clavo el pico del aguilucho (a andaba por ahí) justo en el centro de... la dentadura.

Y esta es la historia del fatídico día en que a Manuel se le cayo un diente


Moraleja: “fumar puede perjudicar seriamente su salud mental, y no fumar puede perjudicar la del resto”


- Frozen y Laura el 11 de Marzo del 2005 -

2 comentarios:

Löla dijo...

Jajajaja, ¿Os habéis tomado algo? Nosotros teniamos un cuaderno para escribir se llamaba "lo que se nos pasa por la cabeza entre borrachera y fumada", pero se lo regalamos a Haydée cuando se fue :(.
Eran historias geniales, como la vuestra.

laura dijo...

con tu permiso, te robo una copia de esto para mi espacio...^^